martes, 8 de febrero de 2011

Serenata


En tu frente descansa el color de las amapolas,
el luto de las viudas halla eco, oh apiadada:
cuando corres detrás de los ferrocarriles, en los campos,
el delgado labrador te da la espalda,
de tus pisadas brotan temblando los dulces sapos.

El joven sin recuerdos te saluda, te pregunta por su olvidada voluntad,
las manos de él se mueven en tu atmósfera como pájaros,
y la humedad es grande a su alrededor:
cruzando sus pensamientos incompletos,
queriendo alcanzar algo, oh buscándote,
le palpitan los ojos pálidos en tu red
como instrumentos perdidos que brillan de súbito.

O recuerdo el día primero de la sed,
la sombra apretada contra los jazmines,
el cuerpo profundo en que te recogías
como una gota temblando también.

Pero acallas los grandes árboles, y encima de la luna, sobrelejos,
vigilas el mar como un ladrón.
Oh noche, mi alma sobrecogida te pregunta
desesperadamente a ti por el metal que necesita

Pablo Neruda

4 comentarios:

  1. Muy buen poema, me gusta mucho
    Buena elección (:

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  2. Me gustó, aunque no logro descifrar el sujeto de la poesía (siendo este muy MI problema)

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  3. creo que es a la noche no?

    mi apreciación poética no es muy buena, pero me parece que la noche es la musa en esta ocasión.

    Me gusta (:

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  4. Algun dia le llevare serenata alguien :)

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